"Mi Testimonio en Poesía"
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Allá
Bajo Las Palmas, Al Lado De Aquel Río, En De
Fantasía Un Mundo, Crecía Un Corazón, Colmado
De Ternura, La Madre Con Su Crío, Dichoso
De Alumbrar Mostrabase El Sol. Jesús,
Protagonista De Tantas Historietas, Que
Cada Mañanita Contaba
Aquélla Madre, Cual
Laboriosa Obrera Trazaba Satisfecha, El
Único Camino Para Llegar Al Padre. Mas
Cuando Ya El Ave Volar Podría, Y
Fuera De Su Nido Al Mundo Encontró, Mancharonse
Sus Alas Al Ver Tanta Mentira Y
Pudo Comprobar Lo Grande De Su Dios. A Un
País Distante Llegó Cierto Verano, Por
Primera Vez Sus Hombros Descubiertos, La
Caricia Maternal, El Abrazo Del Hermano, Quedados
Se Habían, Ya Parecían Muertos. Buscad
En El Silencio Palabra De Esperanza De
Soledad El Valle, Una Mano Amiga, Solo
Ruidos Ajenos, Vacíos De Confianza, Solo
Tristes Recuerdos De Aquella Despedida. Pero
En Lo Dentro Del Alma Estaba
El Arquitecto, Aquel
Jesús Que Un Día Dignóse A Entrar, Allí
Cual Entre Arapos, Esperaba El Momento, A Que
Su Criatura Le Diera Libertad. Segada
De Tristeza Callo Despavorida, Y Fue
Cuando Muy Dentro Allí Le Advirtió, También
Había Venido Al Autor De La Vida, Es
Cierto, A Nadie Nunca Abandona Dios. Tomóle
De Su Mano Gritando De Alegría, ¡Ya
No Estoy Sola, Mi Jesús También Vino! ¡Levántate
Maestro, Haz De Mi Ser Tu Vida, Que
Quiero Ser Tu Sierva, Enséñame El Camino! Y
Hoy, Hoy Por El Mundo Son Dos Los Que Caminan, La
Soledad Por Siempre Ya Desapareció, ¡He
Ahí Que Va Un Alma Salvada Y Querida He
Ahí Que Va Una Sierva Prendida A Su Señor! Marilyn Usuamintiaga ©10-10-85 |